Tarjetas de visita holográficas
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El formato final indica las medidas del producto impreso ya listo y recortado. El margen suplementario no está comprendido en la indicación del tamaño.
Se diferencia entre el formato final abierto y el cerrado:
Si después de la subida de datos constatamos diferencias de formato, las adaptamos automáticamente, siempre que esto sea posible.
El sangrado, a veces llamado sangría, es el borde que sobresale por fuera del formato final del impreso. Sirve como zona de seguridad; después de la impresión es recortado por una máquina cortadora (o guillotina).
Para que las imágenes, textos y otros elementos del diseño no sean recortados, es importante respetar una distancia de seguridad adicional con respecto a cada borde del formato final. Se debe dejar 3mm de sangrado alrededor del documento y una distancia de seguridad de 3mm respecto al formato final.
Al cortar para dar el formato final pueden ocurrir desviaciones de hasta un milímetro. Para que el producto impreso se pueda recortar limpiamente en su respectivo formato final, se debe añadir un margen suplementario en los datos de impresión. El sangrado sirve de margen para las posibles diferencias de corte.
Si los datos de impresión no tienen sangrado, o si el mismo es completamente blanco, pueden ocurrir «quemaduras» molestas, en consecuencia se verán bordes blancos alrededor del formato final. También es posible que se recorte una parte del motivo de impresión.
Además del sangrado, la distancia de seguridad procura evitar que se recorten los textos y elementos del diseño.
En tus datos de impresión, crea un sangrado perimetral de 3 mm, salvo que se indique lo contrario.
El sangrado no se puede dejar sin color, ni tampoco rellenarlo de color blanco. Debes prolongar los motivos de fondo hacia fuera del formato final, hasta el borde del formato de datos. Pero no debe haber contenidos de imagen importantes que sobresalgan del formato final, puesto que estos pueden ser recortados.
Las informaciones gráficas y de texto importantes se deberán ubicar a una distancia mínima de 4 mm del formato final, salvo que se indique lo contrario.
Si se suma el sangrado, entonces dichos elementos deberán estar como mínimo a unos 6 mm del borde del documento de datos de impresión.
En su diseño, tenga en cuenta que las fuentes no pueden ser demasiado pequeñas, ni tampoco demasiado finas. El tamaño de fuente mínimo recomendado es de 6 ptos.
Todas las fuentes deben estar incrustadas en el documento de datos de impresión, ya sea completas o como subgrupos, o bien convertidas en rutas, para evitar problemas de representación con el interletraje (espaciado entre caracteres) o con la tipografía. Esto también tiene validez para fuentes estándar como Arial, Helvetica, Times New Roman o Verdana.
Así logrará los mejores resultados:
A los textos negros con fuentes de tamaño menor a 12 ptos. los convertimos automáticamente a «Sobreimpresión».
Al crear los datos de impresión en el programa de maquetación, es importante tener en cuenta la dirección de lectura y/o el pliegue de tu motivo de impresión y orientar las páginas de acuerdo con esto. De lo contrario, podría suceder que el motivo se vea cabeza abajo en una página del producto acabado.
En la producción, primero se imprime una página del producto deseado. A continuación, el material se gira alrededor del eje vertical, algo comparable a hojear la página de un libro. Después se imprime el reverso. Con estos procesos técnicos, según la orientación de la dirección de lectura pueden ocurrir configuraciones inesperadas. Esto sucede especialmente en productos en los que la dirección de lectura deba ser diferente en las dos páginas.
Siempre cree sus datos de impresión en el modo del color CMYK. Los datos de impresión que nos sean transferidos en el modo del color RGB serán automáticamente convertidos a CMYK. Tenga en cuenta que, como resultado de la conversión de RGB a CMYK, podrían producirse cambios de color, puesto que no todos los colores RGB se pueden representar en el espacio del color CMYK.
1 Representación de los colores en pantalla: RGB (mezcla aditiva del color)
2 Reproducción del color en el impreso: CMYK (mezcla sustractiva del color)
En las pantallas del ordenador, portátil, tableta y teléfono inteligente, la representación del color ocurre en modo RGB. Se diferencia según la configuración (por ejemplo, brillo, contraste, temperatura del color y calibración) como también según la calidad de tratamiento de la pantalla. Para lograr una reproducción del color fiel (como en los productos impresos) es necesaria una calibración y perfilado con un instrumento de medición. Con la vista previa de la salida en su programa, también llamada «softproof», se simula el resultado cromático en la impresión.
En la producción de tu impreso, la reproducción del color también depende del material o sustrato de impresión escogido.
Los perfiles de colores o perfiles de fuente son necesarios para poder interpretar con la mayor exactitud posible las tonalidades de los datos de imágenes en diferentes dispositivos de salida (por ejemplo, pantalla o impresora). Por consiguiente, siempre deberá dotar a sus datos de impresión con el perfil de colores que se especifique para el producto y para el papel/sustrato de impresión.
Para poder lograr prácticamente los mismos colores en varios pedidos de los productos impresos, se sugiere que utilices perfiles de color. En el sitio web de ECI (European Color Initiative) podrá descargar gratuitamente estos perfiles de colores.
Si en el documento de datos de impresión hay dos objetos coloreados uno sobre el otro, en el proceso de impresión existen dos posibilidades: sobreimpresión o dejar en blanco.
Por lo general, el objeto superior se imprime con regularidad y el objeto inferior se deja en blanco en esa zona. Esto significa que del objeto ubicado debajo solo se imprimen las partes que no están cubiertas por el objeto superior.
Al sobreimprimir, los objetos se sobreimprimen uno sobre el otro. Allí en donde se superponen los objetos resulta una mezcla de colores a partir de los colores superior e inferior. De todos modos, esta superposición de colores no se representa en varios programas con sus configuraciones estándar, de modo que no aparece visible durante la creación de los datos de impresión.
Básicamente se considera: los textos en negro con un tamaño de fuente inferior a 12 ptos. se establecen automáticamente en el sistema a «Sobreimpresión». En la creación de datos de impresión, otros elementos de pequeña superficie como líneas negras también se deben definir como sobreimpresión. El efecto de sobreimpresión se puede aprovechar también de manera consciente en superficies coloreadas.
En Adobe Acrobat tiene usted la posibilidad de activar la «Vista previa de sobreimpresión». De este modo se pueden verificar las configuraciones de sobreimpresión. En particular, en revistas, catálogos u otros productos impresos de muchas páginas vale la pena controlar todas las páginas.
Las transparencias resultan cuando, por ejemplo, en el programa de diseño se reduce la opacidad de los objetos o se agrega un efecto de sombreado: los elementos aparecen transparentes.
En nuestro proceso de producción podemos procesar transparencias. En el caso ideal, usted nos transmite las transparencias reales («live») de programas como Adobe InDesign o Adobe Illustrator.
Al respecto, tenga en cuenta que el espacio del color para las transparencias es uniforme (por ejemplo, CMYK).
La reducción de las transparencias solo es necesaria en el programa de diseño CorelDRAW.
Los comentarios contenidos en el archivo de datos PDF se borran automáticamente antes de la impresión y no se imprimen.
Los contenidos de los campos de formulario en el archivo PDF que, por ejemplo, están concebidos para escribir el nombre, dirección, número de teléfono, se transforman en contenido regular de páginas y se imprimen.
Los comentarios contenidos en el archivo de datos PDF se borran automáticamente antes de la impresión y no se imprimen.
Los contenidos de los campos de formulario en el archivo PDF que, por ejemplo, están concebidos para escribir el nombre, dirección, número de teléfono, se transforman en contenido regular de páginas y se imprimen.
La resolución de los datos de impresión se indica en dpi (en inglés, dots per inch; equivalente a puntos por pulgada o ppp en español) y determina de manera decisiva la calidad de impresión del producto. En este contexto se puede afirmar que cuanto más alto es el valor de dpi, mejor es la calidad de impresión. Por el contrario, con una cifra de dpi muy pequeña, la imagen impresa aparece pixelada y borrosa.
Básicamente, para la mayoría de los productos impresos rige el valor orientativo de 300 dpi para tamaño original, tanto para el documento de datos de impresión como para las imágenes integradas.
En particular en los productos de gran formato puede variar el valor indicado: cuanto mayor sea la distancia entre diseño y observador, menor podrá ser la resolución.
Los carteles y pósters se deben crear con un mínimo de 200 dpi en tamaño original; y en equipamientos publicitarios como displays, banderolas, banderas, gráficos, siluetas publicitarias, lonas de PVC y bastidores, con un mínimo de 150 dpi en tamaño original.
Una imagen digital posee una cantidad limitada de puntos de imagen (píxeles). En relación con el tamaño de la imagen resulta la resolución, que se indica en dpi (dots per inch). Con respecto a la impresión, se puede simplificar diciendo: cuanto más dpi tenga un archivo, más nítido será el resultado de la impresión.
Ejemplo: En Photoshop se crea un documento de datos de impresión en formato A4 (210 x 297 mm) con una resolución de 300 dpi. Entonces se incorporan en el documento dos imágenes que muestran el mismo motivo. Pero con una única diferencia: una imagen tiene una resolución de 300 dpi y la otra imagen una resolución de 72 dpi.
La imagen con 72 dpi se muestra más pequeña en el documento de datos de impresión que la imagen con 300 dpi (en el siguiente gráfico, véase la vista a derecha e izquierda). El motivo para la diferencia de tamaños es que las dos imágenes se adaptan a la especificación de 300 dpi del documento de datos de impresión. En consecuencia, la imagen con la resolución de 300 dpi queda con el tamaño original. Por el contrario, la imagen de 72 dpi se «encoge», para que la resolución corresponda a los 300 dpi requeridos.
El hecho de que la imagen con 72 dpi cuente con menos puntos de imagen queda más claro cuando, en el documento de datos de impresión, se le adapta la escala al mismo tamaño que la imagen con 300 dpi, es decir, más grande (véase la parte derecha del gráfico). Entonces, la imagen de 72 dpi queda pixelada y borrosa. Y este efecto se puede intensificar si se sigue aplicando zoom.
Si se amplía la imagen de 72 dpi, se ve pixelada y borrosa
Para que, al crear datos de impresión, se pueda escalar una imagen sin incurrir en pérdidas, es decir, «agrandarla», y que al mismo tiempo presente una buena resolución, debe tener de por sí una calidad lo suficientemente alta, es decir, una buena relación píxeles-página.
A menudo sucede que lo insuficiente no es la resolución de todos los datos de impresión, sino de tan solo un elemento de diseño (p.e. un gráfico o un sombreado) y por lo tanto se debe cambiar.